Que no estamos tan mal

En el ámbito político español es tópico que tenemos un problema con la educación. Mucho de esta idea se la debemos a interpretaciones simples de los resultados del informe PISA. Pues bien, reproducimos gráficas del diario El País que resumen los resultados obtenidos por las distintas regiones españolas y el conjunto de España en tres competencias académicas: ciencia, comprensión lectora y matemáticas.

Los resultados revelan que más que diferencias entre países, las hay entre las regiones. Dentro de España conviven regiones como Madrid y Castilla y León, cuyos resultados están entre los mejores del mundo, con comunidades como Canarias o Andalucía con resultados por debajo de la media de la OCDE.
Las razones son complejas pero podemos hacernos algunas preguntas:
¿Es acaso que se concentran los malos profesores en Canarias y Andalucía y los buenos en Madrid?
¿Tienen algo que ver las diferencias con el nivel de desarrollo relativo económico y cultural de las regiones?
¿Hay diferencias significativas entre barrio rico y barrio pobre? ¿Los barrios pobres de Madrid se parecen más a los barrios pobres andaluces que a los barrios ricos madrileños?

Y algunas consideraciones. El mismo informe PISA advierte de que los resultados son "fruto de numerosas circunstancias familiares, sociales, culturales y escolares" y, por tanto, provee información sobre esos factores. Por ejemplo, es de señalar que:

• Canarias y Andalucía destacan por un porcentaje mayor de padres con nivel educativo medio-bajo. Es más, las regiones españolas donde secularmente se concentraban los mayores niveles de analfabetismo se corresponden ahora con las de peores resultados PISA.
• Un alumno de nivel socioeconómico bajo tiene una probabilidad de repetir curso 6 veces más alta que uno de nivel socioeconómico alto.
• La exitosa Castilla y León resulta que, con una renta per cápita 1300 € inferior a la media española, invierte en educación 1000 € por alumno más que la media .
• El abandono escolar temprano se ha reducido en todos los grupos excepto entre el 20% más pobre.

Es decir, parece que hay alguna relación entre lo que son los padres y lo que consiguen los hijos; y, por lo tanto, es probable que no baste con imponer leyes educativas, abrir escuelas en barrios pobres o regiones atrasadas y destinar allí a los mejores profesores, si no se tiene en cuenta el entorno del que proviene el estudiante.