Externalidades en Barajas

Santo Domingo, una urbanización de alto nivel en el término municipal de Algete, mantiene desde hace años un contencioso con el aeropuerto de Barajas. Desde que se abrió la T4, vuelos sobrevuelan la urbanización causando contaminación acústica que molesta a los vecinos; éstos también ven como un peligro la caída de aeronaves. Los vecinos han demandado a AENA, el gestor público del aeropuerto, por esta cuestión, estando la causa ahora en el Tribunal Supremo.

Un economista ve en éste un claro ejemplo de externalidad producida por el transporte aéreo; en concreto, es un ejemplo de costes externos. Las externalidades negativas se producen cuando una actividad impone costes (molestias) a terceros por los que no son compensados; es decir, se realiza una transacción económica sin un pago. Como los que realizan la actividad no sufren todos sus costes producirán de esa actividad en exceso. Entonces la situación podría mejorarse conminando al que genera efectos externos negativos a disminuir su actividad o a indemnizar a los afectados. En el caso que nos ocupa, el Tribunal Supremo, siguiendo la tradición jurídica, está estudiando si obliga al aeropuerto de Barajas a reducir un 30% los vuelos sobre la urbanización. Pero ésta no tiene por qué ser la única solución.

El economista Ronald H. Coase trató este asunto en El problema del coste social en el que formula su Teorema de Coase:
Si las partes afectadas por las externalidades pueden negociar sin incurrir en coste alguno, el resultado es eficiente independientemente de quién sea jurídicamente responsable de los daños.
El problema es que los vuelos de Barajas sobrevuelan Santo Domingo no para fastidiar a sus vecinos sino para prestar un servicio de transporte aéreo; si le impedimos que lo haga también las compañías aéreas y sus clientes saldrán perjudicados. Según Coase, a ambas partes les interesa negociar un acuerdo. Coase demostró que, bajo las condiciones de racionalidad de las partes y de ausencia de costes de negociación, los agentes podrían solucionar la externalidad sin intervención del Estado. La cuestión es que:

  1. Negociar es siempre costoso.
  2. La racionalidad de las partes no está asegurada.

La idea de racionalidad económica implica que las partes deberían aceptar un acuerdo que mejorase su situación aunque no maximizase su utilidad. El economista Werner Guth demuestra con un sencillo experimento cómo la idea que tenemos de un acuerdo justo puede interponerse y hacerlo muy costoso:

                                              El juego del ultimátum de Werner Guth


Las negociaciones son imposibles y el Estado interviene
Además, en la mayoría de los casos (cuando son muchos los afectados) las negociaciones son sencillamente imposibles, como por ejemplo para reducir la congestión y la contaminación en nuestras ciudades, y es la intervención de los poderes públicos la única solución viable a la externalidad. Por ejemplo, en USA, ante las dificultades para negociar acuerdos con todos los afectados, la ley obliga a los vecinos a aceptar que los aviones puedan sobrevolar sus casas con algunas restricciones horarias. Aprendiendo de la experiencia americana, el Gobierno español intentó sacar adelante una legislación similar que obligase a los de Santo Domingo a convivir con las molestias. Sencillamente, inaceptable. 



Comentarios

  1. Me parece inaceptable el hecho de que una urbanización entera tan respetable se tenga que aguantar porque a unos pocos les apetezca poner encima de sus casas el tráfico aéreo. Como si no hubiese otros sitios por donde pudiesen pasar los aviones de AENA. Espero el Tribunal Supremo se ponga de parte de la gente de Santo Domingo, y que no nos pase como en EE.UU., donde las empresas son más importantes que el bienestar de las personas. Además, creo que en este caso el Teorema de Coase podría ser útil para solucionar el conflicto: ámbas partes son racionales y negociar no costaría casi nada; por lo que opino que, usando este teorema, se resolvería la disputa rápìdamente a base de negociaciones y acuerdos. Pero, a ver si funciona la racionalidad de la gente, y ya veremos si el sentimiento de avaricia y justicia que se producen en nuestro cerebro, como explica el "juego del ultimatum", imponga la irracionalidad entre los dos bandos.

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  2. Me parece mal lo que están haciendo en Barajas, ya que podrían haber construido la T4 en otro sitio donde no se moleste a nadie (esto es una externalidad externa negativa porque tanto el ruido de los aviones como la posibilidad de que estos se caigan molesta a los vecinos de Santo Domingo) como en el aeropuerto de Ciudad Real que está en medio del campo. Además, es imposible que lleguen a ningún acuerdo como dice el teorema de Coase, ya que sería muy costoso negociar (tanto para el aeropuerto como para los vecinos de Santo Domingo) y no tenemos garantizada la racionalidad de ambas partes. Esto último se explica muy bien en el vídeo, puede ser que se repartan el dinero equitativamente las dos partes pero también puede ser que una de ellas quiera quedarse con más dinero y que la otra se enfade, no llegando así a ningún acuerdo.

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  3. Hola soy Patricia Álvarez .
    Me parece inaceptable lo que está haciendo Barajas con los vecinos de Santo Domingo. Cuando compraron sus casas no sabían que iban a poner la T4 cerca de sus casas, y que por encima de ellas pasaran aviones. Está claro que esto es un ejemplo de externalidad negativa ya que el ruido de los aviones y la posibilidad de que caigan encima de sus propiedades molesta a los vecinos de Santo Domingo con su calidad de vida y el precio de la vivienda, ya que si ahora venden su vivienda, el precio descenderá lo suficiente para que no obtengan beneficios de la venta. Por otra parte, podrían desplazar los vuelos a otros aeropuertos de España que están en medio del campo sin ser utilizados como el de Burgos o el de Valladolid. Espero que el Tribunal Supremo se ponga a favor de las personas de Santo Domingo. Por último, en este caso se podría usar el Teorema de Coase ya que ambas partes les interesa negociar un acuerdo pero para llegar al acuerdo hay que negociar y eso es siempre costoso y no está seguro la racionalidad de las partes.

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  4. Me parece muy triste este tipo de noticias pero seguirán saliendo a la siempre y cuando el "gran gobierno español" deje que salgan y se escuden en que al fin y al cabo son turistas que vienen a enriquecer el país, o enriquecerles mejor dicho. Es un caso de externalidad negativa pero no cabe duda de que hay otras externalidades en las que la molestia es mucho mas seria que esta, no creo que a los vecinos de "Santo Domingo" (en general) les suponga un gran golpe de talonario o entrar en números rojos en el banco la decisión comprarse otro chalet deluxe donde quieran. Es un gran problema el que tiene ahora AENA, como que a mucha gente les cae todo del cielo y se pueden tomar soluciones. Aun así nadie es quien para obligarte a comprarte otra casa porque los de siempre hayan decidido construir el cuarto centro comercial del aeropuerto,la T4, una pena.

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  5. Soy Paula Cabañas, de 1ºE
    Me resulta indignante que una urbanización entera tenga que aceptar lo que ha hecho el aeropuerto de Barajas. El hecho de abrir la T4 ha causado muchas molestias a los vecinos de Santo Domingo debido a la contaminación acústica. Esto es un claro ejemplo de externalidad negativa, ya que los vecinos no son compensados por todo lo que soportan. No se merecen vivir con ese problema, dado que cuando compraron las casas todavía no se había construido la T4. De todas formas, es muy difícil llegar a un acuerdo puesto que siempre va a salir alguien perjudicado.

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