Las necesarias reformas estructurales

Remedio contra la crisis
El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ha anunciado que con los precios actuales que marca el petróleo la factura energética por las importaciones va a suponer a España este año cerca de 50.000 millones de euros, un 5% del PIB. Transcribo una noticia de El Mundo de 10/5/2011. En ella se da cuenta de las lamentaciones del ex ministro de industria Sebastián sobre, primero, los costes para la nación de nuestro excesivo consumo energético: "todos los ingresos que España tiene por el turismo extranjero, más de 45.000 millones de euros, son menos que el coste de la factura energética", explica el ex ministro. Y, segundo, de la insensibilidad de otras autoridades o su incapacidad para comprender el alcance del problema."Cuánto daríamos por una sola frase del gobernador del Banco de España o de los organismos internacionales sobre este asunto. Tanto hablar de costes laborales. Que hablen un sólo día del ahorro de energía", reprochaba Sebastián al gobernador del Banco de España MAFO su obsesión con los costes laborales y el descuido de los energéticos que claramente considera Sebastián mucho más relevantes, dado que estos costes alcanzan el 30% de las cargas de las empresas y se pueden reducir con medidas de eficiencia energética sin perjuicio para los trabajadores.
También tenía Sebastián para los candidatos a la alcaldía de Madrid: Gallardón y Lissavetzky, "anoche me fui a la cama con el ánimo un poco bajo, no sólo por la crisis griega, sino porque había visto el debate en televisión de los candidatos a la alcaldía y no hubo una sola mención a la eficiencia energética", se dolía Sebastián. Para el ministro, existen cuatro escenarios lógicos en materia de energía. El primero que supone la existencia de un país que produce mucha energía y gasta mucha; otro que produce mucha y gasta poca; un tercero que es el que produce poco y gasta poco, y por último, el que produce poco y gasta mucho. A juicio de Sebastián, España se encuentra en ese cuarto escenario, con una "gran dependencia" de las importaciones energéticas y con una intensidad energética que está un 10 % por encima de la media europea. La aplicación de criterios que mejoren la eficiencia energética es "muy importante", porque según el ministro es evidente que "la energía más barata es la energía que no se consume", por ello el objetivo es hacer una política energética mucho más razonable y responsable. Cuanta razón tenía Sebastián y qué políticos tenemos más incapaces de darse cuenta de que una de las reformas estructurales urgente que necesita España es un cambio en su modelo de consumo energético. Supongamos que sabias políticas de movilidad consiguen, como en Londres, una reducción del tráfico privado de un 30%. Estas sabias políticas consistirán en una combinación de peajes al uso del coche, inversiones en transporte público e incentivos a andar o a subirse a la bicicleta (bicicletas disponibles en diferentes puntos de la ciudad, aparcamientos vigilados en estaciones de transporte público, carriles bici, extensión de las zonas 30, etc, está ya todo inventado). Presumamos que esa reducción del 30% obtenida en Londres se consigue en España y que se traduce en una disminución proporcional del consumo energético. Una sencilla cuenta: 50.000x0,3 = 15.000 millonazos de euros de ahorro disponibles para otros gastos en: educación, sanidad, investigación, innovación, desarrollo; también pueden emplearse en reducir nuestro endeudamiento, que está estrangulando la economía nacional. Pero sólo una decidida acción pública en este campo puede cambiar las cosas ¿Tenemos los políticos necesarios para llevar a cabo esta reforma estructural? El mismo Miguel Sebastián reconoce que no.

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